Encrucijada histórica de la humanidad
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Encrucijada histórica de la humanidad

Pocas personas sabemos el importante momento histórico que actualmente vive la humanidad y la encrucijada en la que se encuentra parada.
Autor: Maoy
Pocas personas sabemos el importante momento histórico que actualmente vive la humanidad y la encrucijada en la que se encuentra parada. Para comprender esta situación habría que dar un breve y rápido repaso de la historia de las civilizaciones y la utilización de las fuentes energéticas para obtener los alimentos.
Para Jared Diamond no es coincidencia que la primera civilización se sucediese en el Creciente Fértil, un lugar donde confluyen plantas propicias para la agricultura y la mayoría de los animales domesticables. Ante la debilidad del cuerpo humano esa maquinaria estructurada y clasista llamada civilización potencializa la efectividad de la producción agrícola y el transporte basándose en la fuerza de los animales y la biomasa. Esto permitió un lento pero efectivo despegue del crecimiento de diez millones de humanos al inicio del neolítico a los casi mil millones justo antes de la revolución industrial.
Diamond explica detenidamente en su libro “Armas, gérmenes y acero” como esos factores geográficos y medioambientales han tejido la historia desde el dominio del hombre a los animales hasta el dominio del hombre para con el hombre. Pero parece que su razonamiento se limita hasta la era de la utilización de la biomasa como fuente principal y no termina por explicar bien la historia de la humanidad desde la revolución industrial.
La historia de la revolución industrial no es únicamente la historia de la inventiva humana como hecho aislado, sino también es la historia de los combustibles fósiles como fuentes energéticas fácilmente disponibles. Sin los combustibles fósiles la inventiva humana y los avances científicos vistos hasta ahora hubiesen sido menos probables.
La era de los grandes animales de trasporte, arado y carga y la gran variedad de semillas para los cultivos han cedido paso a la era del automóvil, el tractor, los agroquímicos y la manipulación genética. No entender la importancia que el petróleo juega en la creación del estilo de vida actual es llanamente no entender la historia de los últimos 150 años. Para entender esta importancia solo bastaría con ver una lista de los tantos productos de la civilización que son derivados del petróleo o que requieren elevados niveles de consumo energético para su manufactura y reflexionar como sería un mundo sin estos productos.
Otro hecho muy importante es que sin la presencia de los combustibles fósiles no hubiera sido posible la rápida duplicación de la población humana a los niveles actuales. Así pues, el mundo Occidental y los países en vías de desarrollo han creado un mundo altamente dependiente del petróleo. Todo esto seguiría más o menos así si ciertamente viviésemos en un mundo infinito, pero lamentablemente no es así.
Son bien sabidos los efectos adversos al medio ambiente de las actividades humanas y el muy predecible agotamiento del petróleo. Algunos argumentan que si bien el cenit del petróleo aun no es un hecho a más tardar lo será en las próximas dos décadas, seguido del cenit de otros combustibles fósiles como el gas y probablemente el carbón, con consecuencias aun más desagradables para el clima y los ecosistemas.
Richard Heinberg, en sencillas pero esclarecedoras palabras, comenta que no habría nada de qué asombrarse del ingenio humano si este realmente no sirviese para asegurarse un futuro de sostenibilidad con certidumbre. Heinberg argumenta que en términos biológicos el comportamiento humano consumista no distaría mucho de la inteligencia observada en las levaduras en una botella con mosto, en donde estas devorarían azúcar, su fuente energética, para convertirla en alcohol, un producto tóxico residual, que terminaría por aniquilarlas.
He aquí pues esa encrucijada de la que comentábamos al principio, esa para decidir entre tomar el camino de una civilización sobria y con parámetros reales de sostenibilidad o una donde se siga adoptando un estilo de vida fatal que conllevaría a la presencia de grandes crisis como jamás se hayan visto en la historia de la humanidad. Podemos estar a tiempo, aunque para aquellos que argumentan que la capacidad de carga de la tierra no excedería los dos mil millones de personas sin petróleo ya pudiera ser demasiado tarde.
Fuentes recomendadas:
- Jared Diamond, (2006) Armas, gérmenes y acero, Debate Editorial .
- Richard Heinberg (2003) The Party's Over: Oil, War, and the Fate of Industrial Societies
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