La utopía de quedarnos en la Tierra
Oscar Taffetani - ArgenPress
El paro, la crisis y las falacias neoliberales
En realidad, si tuviéramos el mismo porcentaje de la población adulta que Suecia trabajando en el estado del bienestar español, habría 5 millones más de puestos de trabajo de los actuales. En realidad, no tendríamos desempleo pues ahora el paro...
Unión Europea amenaza con dictaduras militares
La burguesía europea plantea un ultimátum al movimiento obrero y popular: paguen sumisamente los costos de la crisis que el gran capital ha causado o se los hacemos pagar por la vía de la bota militar...
¿Quién se beneficia de la independencia de los bancos centrales?
Este artículo señala como la excesiva influencia de la banca en la vida política de la mayoría de países de la Unión Europea explica la independencia de los Bancos Centrales, incluyendo del Banco Central Europeo. Esta independencia determina qu...
WikiLeaks publica 'diario' de la guerra de Afganistán
El sitio web wikileaks.org lo hizo de nuevo. Publicó miles de documentos clasificados sobre la guerra de Estados Unidos en Afganistán. WikiLeaks brinda una plataforma segura a los informantes para que entreguen documentos, videos y otros materiales...
Stephen Hawking es miembro de la Real Sociedad Científica de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU. Fue por muchos años titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas en Cambridge. Tiene 68 años y 12 doctorados honoris causa en su haber. Le han sido otorgadas, entre otras distinciones, la Medalla Copley, la Orden del Imperio Británico y el Premio Príncipe de Asturias.
Se traslada en silla de ruedas (la controla con leves movimientos de su cuello). Habla mediante un sintetizador de voz (que maneja seleccionando letras y palabras con sus ojos). Alguna vez dijo que se sentiría honrado de recibir el premio Nobel (pero en el catálogo de la Academia Sueca todavía no figura la Astronomía).
Filosofía, ciencia y ficción
La ciencia ficción, que tiene poco de ficción y mucho de reflexión filosófica, se ha ocupado en los últimos cincuenta años de instalar un imaginario sobre lo que va a ser la huida humana de la Tierra, en busca de un lugar donde preservar la especie y su entorno (mito del Arca de Noé), o donde encontrar el agua y los recursos naturales agotados (mito del Paraíso Perdido) o donde redescubrir la civilización perdida (mito de la Atlántida).
En su relato El Principito, Saint-Exupery imagina a un señor que cuenta estrellas sólo porque nadie las ha contado antes, y sueña que se apropia de cada una, con sólo numerarla. “Son mías” le dice al niño rubio y triste que jamás lo podrá entender. En el mundo del marketing y en el capitalismo todo, la apropiación se funda en ese mismo capricho, en ese mismo hecho injusto: “yo lo vi primero”, “yo llegué antes”, “esta roca es mía”…
Repo Men: invento argentino
El trabajo (sucio) de los dos amigos que son protagonistas de la historia, es recuperar los órganos de los infelices que no pagan. No importa dónde se encuentre al deudor, se le saca el órgano y se lo abandona a su suerte. Ésa es la ley. La trama se complica cuando uno de los repo men necesita que le trasplanten un órgano, y sabe que no lo va a poder pagar…
Consultado sobre la ambigüedad (o amoralidad, habría que decir) de los personajes, Sapochnik deslizó que “no creo que nos encontremos ante chicos realmente buenos o realmente malos. Son el ying y el yang lo que hace a la gente interesante”. Quizá algo de la filosofía (bastante quebrada y claudicante) de Repo Men esté en la película Trainspotting, de 1996, donde Sapochnik colaboró como dibujante y coordinador de arte.
Los cadáveres siliconados, coloreados y momificados que se exhiben han sido exportados desde el distrito industrial de Dalian, en China (con materia prima provista desde la misma China y también desde la India y el sudeste asiático).
No es necesario ser muy imaginativo para entender que los repo men ya están entre nosotros, y que la historia “futura” del tráfico de niños y órganos y personas, así como la cosificación y borrado de la identidad en el ser humano, son historias del presente.
Hawking estima que la humanidad tardará unos mil años en hacer inhabitable el planeta, de seguir en el curso actual. “Y siempre está la posibilidad -acota Andrew Dermont, el periodista que lo entrevistó- de que una supernova cercana, un asteroide o un agujero negro nos liquiden a todos”.
La propuesta, entonces -humilde y utópica propuesta- es utilizar todos los recursos humanos e intelectuales disponibles para hacer de la Tierra, antes de que pasen mil años, un buen lugar para vivir.